miércoles, 19 de noviembre de 2014

Función de Producción. Unidad 2. 2ª parte

Economía de la Empresa
2º Bachillerato

Segunda Unidad
Las funciones de la empresa
    
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La Producción
Entendemos por producción la elaboración de bienes o de servicios. Estos bienes o estos servicios los podemos obtener a partir de ciertos recursos o factores productivos y empleando para ello una tecnología adecuada. Cuando intentábamos definir qué era una empresa, decíamos que era una unidad económica de producción, y añadíamos que el conjunto de todas estas unidades es la propia economía. Recuerda que en el polo opuesto están las unidades económicas de consumo, es decir los clientes, que pueden ser personas u otras empresas que adquieren bienes o servicios para a su vez producir bienes o servicios. Aprovechamos esto para recordar otra cosa importante, cual es que el objetivo de toda empresa es crear valor, pues bien, la producción es el hecho mismo de crear o generar utilidad o valor y esto lo hacen elaborando productos (produciendo) y luego distribuyendo y promocionándolos para su consumo que es lo que estudiamos en el capítulo anterior del área comercial.
Una última indicación: de la mejor o peor producción dependerá que el producto, bienes o servicios, sean más atractivos o menos, que se vendan mejor o peor, luego es normal que la función de producción sea determinante a la hora de crear valor, quiere decirse de ganar más o menos. Por lo tanto la función de producción es vital para una empresa, hay que cuidarlo todo hasta el mínimo detalle, para que lo que produzcamos se venda bien y a buen precio, ahí está una de las claves del éxito.
En este capítulo dedicado a la producción vamos a analizar e intentar comprender precisamente la función de producción como generadora de valor. Este será nuestro objetivo principal. Haremos algunos ejercicios que nos permitan saber si todo esto se ha entendido, para ello propondremos ejemplos básicos de empresas, con sus ingresos por ventas y los costes que les supone los factores de producción, sean cuales fueren. De este modo podremos comprobar qué beneficios tiene o qué perdidas, así como encontrar el punto en que una empresa empieza a ser rentable, desde que número de venta de bienes o de servicios empieza una empresa a ganar dinero, lo que se denomina umbral de rentabilidad, algo esencial como comprenderás.


2.1.- LA FUNCIÓN PRODUCTIVA
Esta función de la empresa tratará de buscar la mejor relación entre los gastos que nos ocasiona realizar algo, y lo que obtenemos al venderlo. Para ir adquiriendo vocabulario, deberíamos empezar a llamar inputs a los factores de producción, a lo que empleamos o utilizamos para obtener algo; y outputs a lo que finalmente obtenemos. Recordad estas dos palabras, en inglés además, con lo que os gusta el inglés: input y output. Es fácil, ¿no?  In es en y put es dentro, pues eso es lo que nos llega y utilizamos. Ahora bien, out es fuera, luego output será poner fuera, es decir sacar ya fabricado para vender. Espero que con esto no haya ya más problemas en todo el curso.
Bien, seguimos. La función productiva por lo tanto trata de poner en relación los inputs con los outputs. Los inputs son de tres tipos, lo que denominamos materias primas, pero que es algo más, pues abarca también la energía eléctrica que consumimos en la fábrica, en el taller o en la oficina, la tierra que trabajamos..., el segundo tipo es lo que solemos denominar capital y que comprende el dinero que empleamos en montar un negocio, pero también la inversión en maquinaria, herramientas, instalaciones, oficinas..., y por último el trabajo, que no deberíamos ni explicar qué es, pero en fin, lo diremos: la mano de obra.
Estos son los inputs. Pero vamos a llamar la atención sobre un asunto importante. En este apartado de lo que utilizamos para producir habría que incluir también a la propia organización de la empresa y a las tecnologías, algo que ya comentamos en el primer capítulo cuando hablábamos de los elementos que componen una empresa, ¿recuerdas? Entonces hablábamos de elementos o factores pasivos inmateriales. Pues ya está, aquí los tenemos otra vez, formando parte de los inputs de la empresa, tanto la organización y dirección de la empresa, que estará ligada a la formación y los conocimientos de sus responsables y expertos o cuadro técnico, como las tecnologías que utiliza una empresa, que es otro input inmaterial al que nos tendremos que referir con más detalle.
2.1.1.- La logística.- Una vez obtenido un producto, esté habrá que comercializarlo, como ya estudiamos en el capítulo anterior de la función comercial de la empresa. Pues bien, entre el aprovisionamiento de elementos necesarios para la producción, la propia producción y la puesta en el mercado y venta de esa producción, hay una función que los une a todos, la LOGÍSTICA, que puede ser de dos tipos, interna y externa. La logística interna se ocupa del almacenamiento, el mantenimiento, la manipulación y el movimiento de la materia prima y los componentes necesarios para la obtención de productos. La logística externa se ocupará de situar esos productos obtenidos en el mercado, desde su control, cuidado y almacenamiento mientras se produce su venta, hasta colocarlos en su lugar de distribución y/o venta.
2.2.- ELEMENTOS DEL SISTEMA PRODUCTIVO
Este sistema productivo, es decir, el conjunto de actividades que componen la función productiva, cuenta con tres partes bien diferenciadas. Por un lado están los factores de producción, que no es otra cosa que lo que utilizamos para obtener un producto determinado; por otro la tecnología que tenemos para llevar a cabo esto, y por fin los propios productos que obtengamos. Veamos algunas características de todo esto.
2.2.1.- Los factores de producción.- Son todo lo que utilizamos en el proceso de producción, desde la materia prima hasta las herramientas o las instalaciones. Es decir, todo lo que necesitamos para producir. Se pueden dividir en dos grupos, los que tienen carácter fijo y los variables.
Los factores fijos de producción son aquellos que no se pueden cambiar a corto plazo y que de alguna manera limitan las condiciones de producción. Por ejemplo, los edificios, la maquinaria pesada o el personal altamente cualificado. A largo plazo la empresa sí que puede planificar cambiarlos, como es natural.
Los factores variables de producción son aquellos que podemos cambiar o modificar a corto plazo, como la cantidad de materias primas, la calidad de estas, la energía que empleamos o la mano de obra en general.
2.2.2.- La tecnología.- Son los procedimientos o conjunto de técnicas que empleamos en la producción, es decir, la combinación de todos los factores de producción con los materiales y recursos humanos de que disponemos para obtener un bien de consumo o un servicio.
Desde las industrias líticas del Paleolítico (elaboración de herramientas o útiles de piedra) hasta las empresas que desarrollan e idean un nuevo modelo o diseño de software, todas han procurado ir mejorando y adaptando los nuevos descubrimientos a su labor diaria. Cualquier empresa procura mejorar cada día. Mirad a vuestro alrededor y veréis como todo empresario procura tener su empresa cada día mejor, para producir más, en menos tiempo y con menos inputs: es lógico. De todo esto ya hablaremos más adelante en otro capítulo, pero de momento pensad que toda emprea tiene que destinar parte de sus beneficios o recursos económicos, a mejorar su tecnología, su procedimiento de producción. A esta inversión en mejorar la tecnología empleada, en desarrollarla, se le suele llamar I + D + I (invesigación más desarrollo más innovación) y es absolutamente imprescindible para ser más competitivos y crecer, para no depender de los demás y para estar siempre en cabeza. Pensad ahora en el caso de las empresas freseras onubenses. Hace veinte años exportaban los plantones de fresa, que tenían un elevado precio y además no estaban absolutamente adaptadas a nuestras condiciones climáticas. En la actualidad no sólo se han desarrollado plantas adaptadas perfectamente a nuestro clima y nuestro suelo, sino que nos salen más baratos los plantones al no tener que pagar patente alguna por ello al haberlos desarrollado nosotros mismos.
La I+D+I nos permite ser más competitivos, contar con productos propios bien diferenciados y tener unos costes de producción mucho menores. Una empresa que no invierte en I+D+I al final termina pagando ese dinero que no ha invertido en su propio desarrollo y mejora, y además terminará pagándolo en cantidades muy superiores a lo que presumiblemente se ahorra no invirtiendo en desarrollo, no investigando o no innovando. Esto es así. Si extrapolamos esto a una región, a una zona, a un país o a toda la Unión Europea, obtendremos el mismo resultado, de ahí que se esté insistiendo tanto en este asunto, de ahí que existan ayudas al I+D+I en todos los países desarrollados y, por supuesto, en España y en toda la Unión Europea.
Es necesario advertir que no todas las empresas pueden invertir parte de su tiempo, de sus empleados y de su dinero en I+D+I, con lo cual tenemos que las más poderosas económicamente serán las que estén siempre en mejor situación para mejorar y competir con más garantías. Además se da el caso de que las empresas pequeñas o medianas, en muchas ocasiones, no tienen más remedio que comprar las tecnologías que han desarrollado otras más potentes para poder sobrevivir, lo cual puede ser un negocio añadido para las más poderosas o fuertes en el sector.
Una última definición que nos interesa conocer en este apartado de la tecnología, es el concepto de matriz tecnológica, que no es otra cosa que el conjunto de tecnologías de que dispone una empresa para producir. A toda esa red o conjunto de tecnologías aplicadas en una empresa determinada se le llama así, matriz tecnológica.
2.2.3.- Los productos obtenidos.- Son las salidas o resultados de la producción que la función comercial de la empresa se encarga de colocar en el mercado de la mejor manera posible, como estudiamos en el apartado dedicado a la función comercial. Son los outputs. Pueden ser de distinto tipo, productos acabados, que están ya dispuestos para su venta y consumo; o semielaborados, que se destinan a otras empresas que los necesitan para producir algo que los necesita, o los llamados componentes, como pueden ser por ejemplo, los faros o neumáticos para automóviles, motores para lavadoras, pantallas para ordenadores de mesa, cordones para botas de deporte...
2.3.- COSTES DE LA EMPRESA Y PRODUCTIVIDAD
Los costes de una empresa resultan de sumar todas las cantidades y precios de lo que hemos utilizado para obtener una determinada producción. Es siempre una expresión monetaria, una cantidad de dinero. Es muy importante conocerla, pues de ese dato dependerá el saber si producir algo es conveniente o no, es decir cómo es de productivo.
2.3.1.- Coste total, coste fijo y variable.- Se denomina coste total a la expresión monetaria, lo que nos cuesta en dinero, todo lo que utilizamos para obtener una producción determinada. Se dividen estos costes totales en dos, los fijos y los variables, ya que pueden ser independiente de la cantidad o volumen de producción, como puede ser un alquiler, una hipoteca de un edificio que hemos adquirido, la amortización de la maquinaria que utilizamos... es decir, aquello que vale igual lo utilicemos más o menos; y costes variables los que dependen de la cantidad que produzcamos, por ejemplo la materia prima utilizada.
Además de conocer el coste total, lo que nos cuesta producir lo que sea y en la cantidad que sea, también nos puede interesar conocer el coste medio o coste unitario, que no es otra cosa que dividir el coste total por el número de productos que se han producido. Por ejemplo, si yo fabrico mil televisores al mes y me cuesta cien mil euros fabricarlos, tengo que cada televisor me sale a cien euros. Parecido a esto es el coste variable medio, que resulta de dividir el coste medio de toda una producción determinada, por la cantidad de unidades que he producido en ese tiempo, teniendo en cuenta que no siempre me han costado lo mismo cada unidad producida.
Todos estos costes son explícitos, se pueden calcular y nos da un precio determinado, pero también hay otros, los que llamaremos costes implícitos o de oportunidad. Se trata de aquellos que expresan un beneficio al que hemos renunciado por destinarlo a algo en beneficio de la propia empresa. Un ejemplo que nos puede aclarar esta cuestión es la de utilizar un local de nuestra propiedad en un negocio. Pues lo que podríamos haber obtenido alquilando ese local sería un coste de oportunidad. Otro ejemplo claro es el de un dinero que utilizamos en invertirlo en un negocio propio, ya que si lo hubiéramos puesto a plazo fijo en el banco nos habría dado unos réditos, pues ese dinero que no hemos ganado es también un coste de oportunidad.
2.3.2.- La productividad.- Para conocer el rendimiento de una empresa, si es más o menos eficiente, acudimos a calcular su productividad. Se obtiene dividiendo lo que nos cuesta producir algo por lo que obtenemos al vender lo que hemos producido.
Toda empresa tiene como objetivo elevar su productividad, pues eso indica que está generando más valor y por lo tanto que está ofreciendo mejores dividendos. La productividad se puede calcular entonces como algo general, pero también se habla de productividad por ejemplo en casos individuales, por ejemplo si tenemos trabajando a un alfarero haciendo búcaros, podemos calcular el número de botijos que nos hace al día y esa será su productividad. También si tenemos un delegado comercial vendiendo botijos en Barcelona, podemos conocer su productividad sabiendo los botijos que vende, lo que ganamos con esos botijos vendidos en Barcelona y cuánto nos cuesta el delegado en Barcelona. Cuando hacemos los cálculos podremos saber si ese vendedor es más o menos productivo e incluso si nos interesa mantenerlo o no.
2.4.- LAS DECISIONES DE PRODUCCIÓN
Una empresa está constantemente tomando decisiones que afectan a su productividad, a su eficiencia, a que genere más valor lo que produce, a mejorar esa producción y a ser más competitiva. Esas decisiones pueden ser estratégicas, cuando afectan a la estructura de la empresa y por lo tanto implican grandes inversiones a largo plazo; o tácticas, que son las que se toman a corto plazo y que tienen como objeto mejorar la producción y ser más competitivo gracias a actuaciones que se pueden modificar o alterar en poco tiempo y sin grandes costes.
2.4.1.- Las decisiones estratégicas de producción.- Son aquellas que inciden en el sistema productivo, en la estructura de la propia empresa, estableciendo su capacidad productiva.
Las decisiones productivas se pueden agrupar en cuatro apartados fundamentales, tamaño, localización, diseño de los procesos y tecnología a emplear.
Tamaño.- Una vez que se realiza un estudio de mercado y se conoce este en profundidad, podemos saber qué tamaño deberá tener la empresa que vamos a poner en marcha. De este tamaño dependerá la capacidad productiva de la misma, luego es necesario que todos los estudios se realicen en profundidad y con datos fiables. Hay dos cuestiones fundamentales en este apartado del tamaño o dimensión de la empresa, el volumen de producción, que es la cantidad de producción que vamos a obtener en cada ejercicio económico. Y la capacidad productiva, que es la capacidad de producción máxima que tiene una empresa en un tiempo determinado a un ritmo normal.
Toda empresa necesita saber con exactitud qué tamaño será el más adecuado a largo plazo, es decir ajustar la capacidad productiva a la demanda del mercado, pero siempre teniendo en cuenta que la demanda es cambiante y que hay que estar preparado para todo, de ahí que tenga que saber si interesa estar preparada para los momentos de mayor demanda o si no merece la pena hacer una inversión muy alta para estar a máxima producción sólo en periodos muy cortos de tiempo. Este ajuste de la capacidad productiva debe ser objeto de estudio y muy meditado.
Para terminar, haremos una reflexión sobre el tamaño de la empresa. Todo es de sentido común, si te fijas. A mayor tamaño, mayor producción, como es natural, luego eso abarata los costes y por lo tanto se pueden bajar los precios y vender más, ser más competitivo, pero también se corre el riesgo de que el mercado no absorba todo lo que producimos y entonces la empresa, al ser de gran dimensión, tenga unos costes que nos obligue a poner precios más altos, y entonces no vendamos tanto o no vendamos nada... Todo es cuestión de acertar con el tamaño, de tener muchas cosas en cuenta, pero sobre todo de conocer el mercado. De ahí la necesidad de hacer estudios de mercado rigurosos y fiables.
Localización.- Es el lugar donde se decide ubicar la empresa. Esta es otra decisión estratégica fundamental. Aquí tampoco valen equivocaciones ni fallos a la hora de estudiar la puesta en marcha de una empresa. Para elegir el lugar más adecuado tenemos que tener en cuenta varias cosas.
ñ  Seguridad en la necesidad del mercado para establecer allí una empresa y estudio de desplazamientos, logística externa de lo que se produzca para llegar a los mercados en tiempo y condiciones óptimas.
ñ  Conocer los cambios que se puedan producir en la localización de la demanda, de la que depende toda empresa.
ñ  Conocer la estabilidad política, social, jurídica y económica de la zona donde nos vayamos a emplazar.
ñ  Factores de coste de la materia prima en el lugar donde nos ubiquemos. Así como el coste de la mano de obra a emplear.
ñ  Posibilidad de entrar en contacto con otras empresas mediante fusiones o acuerdos.
Localizar una empresa es una decisión poco habitual, pero implica una serie de circunstancias que hay que tener en cuenta:
ñ  Costes de transportes, impuestos y salarios de los trabajadores.
ñ  La inversión inicial para instalar una empresa es de muy alto coste.
ñ  La localización afecta a absolutamente todas las funciones de una empresa: comercial, dirección, la propia producción, aprovisionamiento...
ñ  La localización está íntimamente ligada a la dimensión de la empresa, pues ambas inciden en el resultado final, en la competitividad y eficiencia de la empresa.
ñ  La localización afecta a la inversión, a los imputs necesarios para fabricar o producir, pero también a los outputs, pues lo que se produce hay que colocarlo en el mercado, en un mercado donde haya clientes potenciales, como es natural.
Teorías de la localización.- En otros tiempos la localización dependía prácticamente de encontrar un lugar en el que los transportes no encarecieran demasiado el producto. En la actualidad, los costes de transporte se han minimizado bastante, y aunque siguen siendo importantes, hay otros factores que se tienen también en cuenta. Por ejemplo, se tienen muy en cuenta las ventajas que se obtienen al ubicarse en lugares de gran densidad industrial, pues se establece una sinergia que ayuda a ser más competitivos y a tener elementos necesarios o complementarios cerca y de calidad. Es el caso del polo químico de Huelva, que unas empresas terminaron atrayendo a otras similares. A estas ventajas que se obtienen al instalarse en un lugar de alta densidad industrial, se le denomina economía de aglomeración. Se distinguen dos economías de aglomeración: las economías de localización, aquellas que se alcanzan al instalarse en un lugar donde ya existe la actividad que se va a desarrollar (el calzado en Valencia, el turrón en Alicante, la agricultura extratemprana en Huelva, la industria del espectáculo en Madrid, el textil en Barcelona, la moda en París o Milán...), y la economía de urbanización, que es aquella que nos lleva a instalarnos cerca de grandes vías de comunicación, de grandes centros urbanos... Por todo ello, hay que ponderar muchos aspectos a la hora de localizar una empresa.
La influencia espacial de la empresa.- Es el territorio o espacio que puede abarcar con sus productos de manera competitiva una empresa. Para ello tendremos en cuenta, como venimos diciendo, los costes de transporte, mano de obra, clientes potenciales...
Elección de los procesos productivos.- Se puede producir de muchas maneras, nosotros, para no liarnos y hacer esto interminable, vamos a intentar resumir toda esta tipología.
1.      Procesos según el tiempo que duran: Continuos o intermitentes, entre los continuos están las fábricas, por ejemplo, que no pueden parar porque iniciar el proceso requiere de tiempo y es muy costoso, de ahí que haya turnos y estén activas las veinticuatro horas del día. Los intermitentes son todos los que pueden parar en cualquier momento.
2.      Procesos según la gama de productos: Simples y múltiples. Según produzcan un sólo tipo de productos o varios. En el caso de estos últimos, los múltiples, habrá independientes, si confeccionan varios tipos de productos sin relación entre sí, compuestos, donde tienen algunas partes del proceso de producción comunes, o alternativos, cuando se van alternando distintos productos en el tiempo.
3.      Procesos según la demanda: Para el mercado o para el almacén por un lado, y por encargo o sobre pedido por otro.
4.      Procesos según el diseño técnico: En cadena cuando todo se dispone en línea, tanto la maquinaria como quienes las operan o realizan algún trabajo manual en lo que se produce; en posición fija o por proyecto, en los que lo que se produce no se mueve, sino que es la maquinaria y los operarios los que actúan sobre el producto que se elabora; y por último el diseño de taller o por función, en el que todo está agrupado por especialidad.
5.      Procesos según el grado de integración. Pueden ser centralizados o de monoplanta, donde todo se realiza en una sola instalación; o de producción descentralizada o multiplanta, cuando se utilizan varias plantas transformadoras o de montaje.
Coincidencia de los proceso de producción.- Muchos procesos tienen parte de unos y otros de estos tipos que hemos descrito. Piensa en cualquier producto y verás como según la demanda son de un tipo, según el diseño son de otro... conocer los distintos tipos de procesos y acertar en la elección, es de suma importancia para el éxito de una empresa, sea cual fuere.

2.4.2.- Las decisiones tácticas de producción.- Después de ver las decisiones estratégicas, que afectan a la estructura de la empresa, vamos a reparar en aquellas decisiones que afectan a la producción dentro ya de los parámetros establecidos anteriormente, los de localización, tamaño y proceso de producción, que fueron los que vimos anteriormente. Ahora vamos a intentar ajustar nuestra producción a la demanda que encontramos en los mercados. Luego vamos a hablar de planificación y programación en primer lugar, luego de lanzamiento, de control y grado de ocupación. Un aspecto que se podría incluir aquí pero al que le hemos dedicado el capítulo anterior, es el que corresponde a la gestión del aprovisionamiento.
Planificación y programación.- Antes de empezar a producir tenemos que realizar un plan, normalmente anual, que intentará ayudarnos a alcanzar los objetivos previstos por la empresa. Una vez realizada esta planificación, deberemos programarla, es decir, ver qué cantidad vamos a fabricar o producir cada día o cada semana, qué forma o formato va a tener eso que producimos, si vamos a contar con variaciones según la temporada... esta programación se referirá a todo aquello que se emplea para producir, desde la mano de obra hasta los materiales que se necesitan o la maquinaria que vamos a emplear, de qué manera y en qué momento.
Nos encontramos que cuando empezamos a producir, o antes de empezar a producir mejor dicho, tendremos que saber en qué momento vamos a empezar a ganar dinero, a que el negocio empiece a tener beneficios, pues de ese dato pueden salir cuestiones muy relevantes, por ejemplo si es rentable o no el poner en marcha una determinada empresa, nada más y nada menos.
A este momento a partir del cual todo está amortizado, cuando ya están cubiertos los costes y empezamos a ganar dinero se le llama punto muerto o umbral de rentabilidad. Se entiende que el umbral de rentabilidad es cuando se cubren los costes fijos de la empresa, pero también los variables. Vamos a hacer un ejercicio, pero antes veamos algunas fórmulas simples.
Ingresos totales: es el número de productos obtenidos por el precio de cada uno. Ya está.
Costes totales: Todos los gastos fijos que tenemos, más los variables. Pero ocurre que estos costes variables a veces no cuestan lo mismo o no necesitamos la misma cantidad, luego que hacer una media y preocuparnos de utilizar en los cálculos esa media, si no, pues nada, se suman los fijos y los totales y se acabó.
Punto Muerto: Será cuando se igualen los costes totales con los ingresos totales, cuando ambas cantidades sean iguales. Simple, ¿no? Te podría marear un poco demostrándote cómo se llega a la fórmula final, pero te la doy y en el ejemplo verás qué fácil es llegar a ella sin necesidad de memorizarla:
Punto Muerto es el resultado de dividir los costes fijos por el precio unitario menos el valor medio del producto en cuestión.
El ejemplo que te voy a poner es el siguiente: Pedruscos del Sur se dedica a fabricar bordillos para las aceras de granito. Tiene unos costes anuales fijos de 300.000€ (electricidad, amortización de la nave industrial, gasóleo, agua...). El precio medio de cada centenar de bordillos (porque los venden por centenas) es de 600€, mientras que a la empresa le cuesta el granito que se emplea para hacer ese centenar, 500€. Cual será el punto muerto o umbral de rentabilidad.
Pues dividimos los 300.000€ por 600 menos 500, que es 100, y eso nos dará 3.000, quiere decirse que a partir de fabricar 3.000 centenares de bordillos la empresa empieza a ganar dinero.
También podremos calcular el momento(el mes, el día o la semana, lo que queramos) en que la empresa empieza a ganar dinero. En este ejemplo, si la empresa puede fabricar 500 centenares de bordillos al mes, tenemos que en seis meses habrá habrá alcanzado su punto muerto porque ya tiene fabricados los 3.000 centenares de bordillos que hemos calculado anteriormente.
Para que te des cuenta de lo importante que esto del umbral de rentabilidad, ten en cuenta el siguiente detalle: En el caso anterior, si no hemos vendido todos los bordillos, sabremos que tenemos que mejorar nuestra función comercial, pues se va a ir encareciendo el gasto de inventario (almacenaje), y si tomamos la decisión de no fabricar tanto, sabremos que el umbral de rentabilidad o punto muerto se va a retrasar en el tiempo, y que en lugar de empezar a ganar dinero a los seis meses, lo hará a los siete o a los ocho... Con lo cual a lo mejor nos damos cuenta de que no merece la pena esa actividad porque el beneficio es mínimo y en cualquier momento la empresa puede empezar a perder dinero a poco que vayan las cosas un poco peor y se venda menos aún.
Para ir terminando con la programación y planificación, un último detalle, el de calcular si nos es más rentable fabricar nosotros algún componente o producto o subcontratar a otra empresa que lo hace a un precio menor. Para ver si es mejor comprar o producir, tenemos también un cálculo simple pero que nos ayudará a tomar estas decisiones tácticas que se derivan de una buena programación y planificación. Veamos:
Tenemos que si compramos un número determinado de productos, a un precio tal, pues multiplicamos precio por número de productos y ya está. Tenemos el coste de comprar algo. Pues bien si lo producimos nosotros sabemos que tendremos que calcular el coste de fabricar, sumando a los costes fijos, los variables medios de fabricación de lo que sea y multiplicar todo por el número de productos. Si enfrentamos estas dos cifras veremos con claridad si nos interesa comprar o fabricar el producto en cuestión.
Lanzamiento y control de la producción.- Una vez que tenemos nuestra programación y planificación elaboradas, podemos empezar a producir. A la ejecución de las órdenes de producción que se hayan establecido, se le llama lanzamiento de la producción. El control será la evaluación de que todo se está haciendo como estaba previsto, detectando lo que no se hace correctamente o lo que se pueda mejorar para lograr el mayor beneficio posible a la empresa.
Existen distintos controles, los cuales se refieren a determinados aspectos, como pueden ser un control de seguimiento mediante el cual se comprobará que todo marcha según lo previsto y no existen desviaciones importantes con respecto a lo planificado; un control de existencias, que permitirá mantener el nivel de existencias más adecuado a la producción que estamos realizando; otro de calidad, cada día más importante y que no sólo se refiere a lo que producimos, sino también a lo que compramos para nosotros producir; y por último un control de costes que nos permitirá ajustar los precios de nuestros productos si fuera necesario, tanto al alza como a la baja si nos interesara.
Grado de ocupación.- Es el nivel de actividad, lo que nos indica hasta qué punto o en qué proporción se está utilizando la capacidad de producción de la empresa en un momento dado. Es aconsejable medir y conocer el grado de ocupación para poder actuar en consecuencia. Ten en cuenta que mientras mayor sea el grado de ocupación, mientras más produzcamos, menos coste tendrá lo que estamos haciendo, pues los costes fijos se reparten entre más productos. También te será fácil entender que cuando los costes fijos son muy elevados, afectará en grado sumo el grado de ocupación, pues mantenerlo en un nivel muy bajo puede ser hasta ruinoso al encarecerse demasiado el precio de los productos obtenidos. En cambio cuando los costes fijos son muy bajos, afectarán menos al producto acabado, que dependerá, en este caso, más de los costes variables.
2.4.3.- Calidad y medio ambiente.- Cada día las empresas se ocupan más de la calidad en general. Tanto de lo que se compra para producir, como de lo que se produce. Cualquier empresa debe ajustar su producción a lo que el consumidor espera de sus productos, pero también a lo que los clientes desean. De ahí que la gestión de la calidad sea cada vez más compleja y necesaria.
Deberemos tener en cuenta la calidad del diseño de lo que hacemos, de su fabricación o elaboración, de cómo llega al cliente y también de los servicios que se prestan al cliente no ya al comprar algo, sino a lo largo de toda la vida útil del producto en cuestión. Tener en cuenta todo esto es alcanzar o intentar alcanzar un concepto nuevo, el de calidad total.

Una última consideración debe ser la del respeto al medio ambiente. Cada día más se están estableciendo controles y auditorias, internas y externas, sobre las consecuencias que fabricar algo, lo que sea, puede tener en el medio ambiente. Respetar el medio, corregir todos los efectos adversos que nuestra actividad productiva pueda tener en la naturaleza son algo hoy inevitables y necesarios.

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